Una gran incoherencia馃
Es sorprendente ver que muchas personas pasan su vida sin preocuparse por Dios o, incluso, negando su existencia. Sin embargo, consideran la posibilidad de ir al cielo despu茅s de su muerte porque dicen que no le hicieron mal a nadie. Esta actitud es la prueba de que hay un gran malentendido. El cielo es la morada, “el trono de Dios” (Mateo 5:34). ¿C贸mo puede uno imaginar ser feliz en el cielo con un Dios al que ignor贸 durante toda la vida?
A menudo el hombre es incoherente, pero Dios no. 脡l es “Dios nuestro Salvador, el cual quiere que todos los hombres sean salvos” (1 Timoteo 2:3-4). Pero si usted no quiere saber nada de 茅l ahora, estar谩 lejos de 茅l durante la eternidad.
Para ir al cielo es necesario tener contacto con el que vive all谩, hay que conocerlo personalmente. Recibimos este conocimiento mediante la fe en Jesucristo, el Hijo de Dios. “Nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar” (Mateo 11:27).
Jes煤s nos lo revel贸. Para ello acept贸 dejar su condici贸n gloriosa en el cielo y venir a la tierra. Al final de una vida de servicio, de sufrimiento y rechazo, pag贸 la deuda por nuestros pecados. Cada persona que cree en 茅l entra en una relaci贸n filial con su Padre. Dios forma parte de su vida actual; as铆 puede esperar con certeza el d铆a en que ser谩 recibida en el cielo.
¡Seamos coherentes! Si queremos vivir un d铆a con Dios en el cielo, ¡aprendamos desde ahora a conocer al Dios salvador por medio de Jesucristo!
De "La Buena Semilla".
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