SUMISIÓN


Cuando busqué versículos bíblicos sobre la infertilidad y el aborto espontáneo, recibí promesas florales de que “Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman” (Rom. 8:28 NVI), y “estarás abrazando a un hijo." (2 Reyes 4:16 NVI), y "multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo" (Gén. 22:17 NVI). Estos versos solo me hicieron cuestionar más por qué estas promesas no eran ciertas en mi propia vida.
Quería tomar la promesa que Dios le da a Ana y reclamarla como mía (1 Sam. 1). Pero no quería tener que darme la vuelta y devolver a Dios a mi hijo tan esperado, como hace Ana. Quería tomar el pacto que Dios hace con Abraham y Sara y pretender que era un pacto conmigo (Gén. 15-21). Pero no quería esperar hasta que tuviera noventa años para dar a luz, como lo hace Sara. Me aferré a los finales felices, pero pasé por alto los años de lucha, dolor, confusión y fe infructuosa que estas mujeres soportaron antes de ver cumplidas sus promesas de Dios.
Finalmente tuve que enfrentar el hecho de que Dios no me había dado tal promesa. Ningún ángel o profeta me había anunciado que tendría un hijo. La verdad es que Dios está escribiendo una historia única para cada uno de nosotros.
Si bien las promesas específicas pueden no ser las mismas, el Dios que las hace es el mismo. En cada historia, descubrimos una nueva pieza del carácter inmutable de Dios. En lugar de usar estas historias para esperar nuestro camino, podemos usarlas para enamorarnos del Dios que vemos cuidadosamente tejiendo la redención en cada página. En lugar de saltar hacia el final, podemos ver a Dios consolar, crecer y guiar fielmente a estas mujeres en su duda, confusión, impaciencia y frustración.
Podemos ver detrás de la escena cómo Dios está poniendo en marcha un buen plan en cada una de sus vidas, incluso cuando no pueden verlo. ¿Es realmente posible que Dios, quien escribió estas increíbles historias, también esté escribiendo la mía y la tuya? Créelo, querida amiga!
Aquí hay una verdad profunda: al final, tener un hijo no es lo que hace que la vida de estas mujeres sea más satisfactoria. La restauración se hace posible a través del proceso de su fe, de entregar sus esperanzas y sueños al Señor para que Él haga su voluntad, sin importar el resultado final. Ahora es tu turno. ¿Confiaremos también en Dios con nuestras vidas y nuestros deseos?

De plan de lectura Devocional
"Redención Inconcebible: La Presencia de Dios en la Pérdida del Embarazo y la Infertilidad".

Comentarios

Entradas más populares de este blog

15 Actos de Amor Para Tu Cónyuge💓

Principios para Amarte a Ti Mismo(a)📃

¡Los Hijos Reciben Herencia!💰👑💍