Sin esfuerzos 馃強
A la edad de veintiocho a帽os, un amigo decidi贸 aprender a nadar solo. Al principio hac铆a una sucesi贸n de movimientos y esfuerzos desordenados, que r谩pidamente lo llevaban a hundirse. Despu茅s de varios fracasos termin贸 por dirigirse a un entrenador de nataci贸n, quien desde la primera lecci贸n le ense帽贸 a hacer la plancha. El aprendiz nadador se sorprendi贸 mucho al ver que el agua lo llevaba, ¡sin que 茅l tuviera necesidad de hacer esfuerzos!
A menudo sucede lo mismo con la conversi贸n. Debemos constatar que todos nuestros esfuerzos para obtener la salvaci贸n de nuestra alma son in煤tiles. Es preciso volvernos a Cristo. Uno se abandona, tal como es, a su gracia; entonces recibe el perd贸n que 茅l concede a todo el que acude al Se帽or confesando sus pecados.
¡Y en la vida diaria, cu谩nta energ铆a desplegamos para arreglar solos los m煤ltiples problemas que encontramos! Nos inquietamos, nos preocupamos. Debemos aprender a poner todo en las manos de Dios, y a obrar en su comuni贸n. Lo que conviene hacer es:
– Orar y esperar: “El Se帽or... oye la oraci贸n de los justos” (Proverbios 15:29). “De ma帽ana me presentar茅 delante de ti, y esperar茅” (Salmo 5:3).
– No dudar de su poder ni de su amor: “Yo conozco que todo lo puedes, y que no hay pensamiento que se esconda de ti” (Job 42:2). “A los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien” (Romanos 8:28).
– Estar seguros de que 茅l se ocupa sin cesar de nosotros: “En tu mano est谩n mis tiempos” (Salmo 31:15).
De "La Buena Semilla".
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