¡La Compasión de Dios vino primero!🗣💓

Nínive era una ciudad de gente vil. Habían bárbaros que adoraban ídolos y atacaban a los israelitas por sorpresa, violando y torturando al pueblo. A pesar de eso, ¡Dios les envió ayuda! Nínive no merecía la compasión de Dios, pero la recibieron de todas maneras.

Jonás 3.10 dice que Nínive cambió del mal y Dios tuvo compasión de ellos. Pero entiende esto: No fue su cambio de corazón lo que guió la compasión de Dios. La Compasión de Dios vino primero. La compasión guía al arrepentimiento; no de la otra manera. Después de todo, si Dios no hubiera mandado a Jonás, el pueblo no hubiera cambiado.

Antes de que Dios enviara a aquel (amoroso y lleno de pasión por Cristo) matrimonio que usó para alcanzarme con el mensaje de salvación, mi vida era caótica y triste. Vivía llena de ira, enojo, resentimiento y falta de perdón. Amargada y confundida por el aparente desinterés y desamor de mis padres hacia mí. En ese entonces tenía 14 años.

Pero Dios, en su inmensa bondad y amor, tocó mi corazón guiándome al arrepentimiento, perdonó mis pecados, sanó mi corazón y mi relación con mis padres. Vivo agradecida de Dios, de Su gran amor y Su compasión que no merezco. Dios es la razón de mi vida, vivo para amarle, adorarle y servirle. Pero siempre consiente de que Él me amó primero. "Nosotros le amamos a Él, porque Él nos amó primero". (1 Juan 4.19)

Es indescriptiblemente maravilloso el amor de Dios, y Su compasión, que viene en nuestra ayuda aún cuando no lo merecemos. No importa de donde hayamos venido o la que hayamos hecho, Dios nos pueda salvar. Si escuchas hoy su llamado a volverte a Él, no endurezcas tu corazón. ¡En Dios hay plenitud de vida!

¿Te gustaría orar conmigo?
Dios Eterno, ¡cuán grande es Tu amor y compasión! Te agradezco por amarme tanto, por enviar a Jesús a tomar mi lugar en una cruz para mi perdón y salvación. Hoy decido consagrar a ti mi vida, para hacer tu voluntad. Gracias por todas las veces en que Tu compasión me ha guiado al arrepentimiento. Por Tu paciencia y benignidad. En el Nombre de Jesús. ¡Amén!

Aylin Palomino